Un casete de Rock

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Ilustración: Esmeralda Jiménez Cortés.

Este texto fue publicado por la revista Arenga, Número 8, Noviembre de 2011, FEU.

Hurgando, intentando encontrar mi Fabuloso Fred, entre mis cajas de huevo y Fab que hacen la función de contenedores de recuerdos y colecciones informales en el cuartito de atrás de mi casa, me topé con mis queridos y respetados discos de vinyl y casetes de mi primera juventud. ¡Chale!, casi lloro, mi afición por la música y la decisión de convertir a esta en mi modus vivendi es por culpa o gracias a estos contenedores de sensaciones. Ahí mero, y en muy buen estado, relucía Condition Critical de Quiet Riot, el primer disco que compramos entre mis hermanos y yo un domingo, con varo de nuestros domingos. Michael Jackson, Miguel Mateos y los Llena Tu Cabeza de Rock 84 y 85, entre muchos, cohabitan desde hace más de 25 años (ya sea con forma circular o rectangular) y sobreviven a las múltiples mudanzas de mi itinerante andar. Dentro de una cajita de plástico, y escrito con bolígrafo azul y negro, puedo leer: Rock en Inglés y Español Varios vol. 1, ¡ttss!, una joya: un casete que contiene una selección mía que reúne (según yo, a los 17 años) a los representantes más significativos de este … ¿género?: The Beatles, Wang Chung, Caifanes, Twisted Sister, Miguel Mateos, Neón, Alaska, Soda Stereo y unos cuantos más. No titubeé en correr a mi estereo, que tiene reproductor de casetes, y ponerle play. No se qué le pasó, sí jala pero se oye más lento, no importa, lo escuché todo. En medio de mi éxtasis y viaje por el tiempo vino a mi cabeza esa pregunta que, en muchas ocasiones, ha sido causante de acaloradas discusiones con algunos amigos y algunos no tan amigos: ¿Es el Rock un género musical, una forma de pensar y/o de actuar, o qué carajos es? Con ese soundtrack de fondo me senté a darle vueltas a tal reflexión.

  ¡Que el Rock tiene guitarras distorsionadas!  …grandes baterías con múltiples platillos y platillazos!  …bajos eléctricos de 4 o de 3 o de 2 cuerdas, (porque de 5 ya es jazzero)!   …voces rudas o no tan rudas, pero eso sí, palabras altisonantes o historias que hablan de sexo, drogas, rebeldía o anarquía!  … melodías ni poperas ni cursis!  … imagen de malos, muy malos o medio malos!. Siguiendo así crecería mucho la lista de etcéteras.

   ¿Qué pasaría si, por ejemplo, aceptáramos la regla de que las guitarras deben tener distorsión? Tendríamos que sacar del mundo del Rock  muchos temas de Los Beatles y Dylan. O ¿aquello de lo de las baterías? borraríamos a New Order y buena parte de Café Tacuba. ¿Bajo eléctrico? Adios Chuck Berry y un aplauso para Molotov (tiene dos bajistas). En el tema de la voz y las letras, para empezar, borraríamos mucho de lo ochentero y noventero, incluyendo a nuestros queridos Ansia y Coda. ¿Imagen ruda? Poison, fuera; Cinderella, fuera; Fobia, fuera; Aterciopelados, fuera; y tendríamos, tristemente, que quitar a Blondie.

  Y, ¿la actitud rockera? ¿Es que siempre ha sido la misma? ¿Podrían sentarse a convivir y platicar de lo mismo Mick Jagger, Luz Casals, Alice Cooper y alguno de los niños bonitos de Tokyo Hotel? ¿Podrían viajar en un mismo camión los güeros de Radiohead y los nunca bien ponderados en México Hocico?

  Pero por más inverosímil que parezca día a día encontramos composiciones de cualesquiera de las bandas mencionadas arriba dentro de programas o playlists de Rock (como es el caso de mi de casete).

  ¿Qué las une? ¿Cuál será el elemento homogeneizador?

  Después de varias reuniones profesional-etílico-filosóficas y nocturnas, mi conclusión individual a este respecto es que el Rock se conforma de bandas o solistas que buscan ser diferentes a lo establecido (o a la mayoría de, ya que acaban casi siempre haciendo lo instituido por otros rockeros. Un tanto paradójico, ¿no?) y que cuentan historias, no exclusivamente de algo inteligente, sino de manera inteligente.

  Es entonces, pues, que a mi casete de Rock, además de los ya multireconocidos y premiados iconos de siempre, sumaría a titanes como Los Tigres del Norte, Javier Solís, Intocable y Tin Tán, por solo mencionar a algunos.

¡Queremos Roooooock!


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